viernes, 22 de abril de 2011

Canciones en tiempos del sin-sentido

Encontré por ahí un viejo cuaderno en el que escribía las canciones que se me ocurrían.

Canciones que hablaban de mí, de mi búsqueda. Todas comienzan con la sospecha del sentido y terminan sumergiéndome en el sin-sentido. Una época triste. Desolada. El sentimiento de fracaso se hace evidente.

Busqué el cuaderno porque recordé una, luego encontré otra. Cuando hallé la tercera no busqué más.

En ellas declaro que sé que existe un sentido en todo. Expreso mi deseo de comprensión, de libertad. Que entiendo que hay algo que me ata, algo que me hace rodar y rodar todo el tiempo en las mismas compulsiones, en los mismos deseos, en los mismos sufrimientos. Y que también, al final, me declaro incompetente para escapar de todas esas cosas.

Así fue en aquel tiempo. Hubo sospecha, pero no hubo camino válido que haya encontrado en la búsqueda del sentido. Éstas son las canciones:


Veo veo (Como todos)

Sólo quiero dejar de contar eslabones;
mis oídos me zumban de ruido de cadenas.
Seguro estamos, atrapados.

Acabaré derrotado, exhausto, como todos;
arrastrado por las aguas de cavernas profundas.
Y mi cuerpo se perderá y ya.

Basta de cadenas, me duelen, pero las amo.
Por eso son tan pesadas.
Los barrotes no me encierran,
me “protegen” de lo que hay afuera.

Pero veo y deseo correr.
¡Ay de mí! ¡Quiero correr!

Veo, veo, no veo nada.
Un beso cadenas, nos vemos mañana.


Interpretando sueños

Cuando todo se hizo oscuridad,
en mi cabeza se dibujó la realidad,
intoxicando sueños.
Y aquí estoy yo,
encubriendo duendes
desde mi perdición.

Acostado pasaré una eternidad,
consumiéndome en esta fría soledad.
Repasando hechos.
Fingiendo no estar
oyendo cadencias
de una mente mineral.

Y no puedo decir
que nunca presentí esta ilusión.
No nací con fe
pero me obligaron a obedecer
cuentos y rumores de amor.

Me escondí
en un bar.
Me reí
de esta fatalidad.

Necesito más claridad.
Subyugado, adivino otra verdad.
Interpretando sueños,
cruzando el umbral
hacia esas tierras,
hacia otra realidad

Y no puedo decir
que nunca presentí esta ilusión.
Y aunque no quiera creer
sé que alguna otra vez sucumbiré
a estos cuentos y rumores de amor.

Me escondí
en un bar.
Me reí
de esta fatalidad.


Comprender

Vi la huella en la arena
y no la seguí.
La carabana miró hacia atrás.
Volví mi vista hacia el mar,
más allá.
Buscando una isla cerca del sol.

Olas de incertidumbre,
cielos de desolación.
Y el viento que me arrastra,
Que me arrastra hacia el fin.

Hundí mi cara en el pastel,
sin sentir.
Dejé caer el café a mis pies.
Mis piernas ya no me duelen más,
¿por qué?
Estoy barriendo el polvo de una vez.

Cara mi intensión
otras personas ven.
¡¿Cómo desafiar,
desafiar el porvenir?!

Yo no sé porqué nada entendí,
al final.
Las olas me regresaron hacia atrás.

Solitaria es esta marcha
en la caravana.
Pero siempre miro,
siempre miro hacia el mar.

Hacia el mar… hacia el mar…


El tiempo fue pasando más o menos por lo mismo. Hasta que en una ocasión, que cualquiera diría “casualmente”, conocí a una persona que me habló de Silo. Al principio no le presté demasiada atención. Entendía lo que decía, pero tenía mis propias convicciones y no parecía tener ganas de escuchar otras.

Esa persona se transformó en alguien muy especial en mi vida, y a pesar de que ella vivía con fuerza aquella sabiduría, yo me resistía pasivamente. Y ella no me insistía. Si yo comprendía, lo haría por mí mismo.

Así que viví por fuera todas estas “cosas” de Silo. Vi, en principio, que no había nada de malo con ellas. Luego observé que había muchas cosas buenas. Comencé a interesarme cada vez más, a participar.

Y fue a principios del 2010, cuando me sentí tan fuertemente fascinado por la posibilidad de aprender más, que me sumergí definitivamente, en principio con la cabeza y luego con el corazón, en la obra de Silo.

Desde entonces he encontrado un camino al sentido que me ha llevado a experiencias insospechadas, que ha producido cambios en mí y que me ha guiado (y me sigue guiando) hacia asombrosas energías.

Ahora podría cambiar el final de las letras de mis canciones.

El camino tiene subidas y bajadas, sin embargo:


1. La real importancia de la vida despierta se me hizo patente.

2. La real importancia de destruir las contradicciones internas me convenció.

3. La real importancia de manejar la Fuerza, a fin de lograr unidad y continuidad, me llenó de un alegre sentido.

(El Mensaje de Silo, X. EVIDENCIA DEL SENTIDO)


De esta manera quiero terminar compartiendo algo más del Mensaje de Silo, que me encamina hacia aquel sentido que no terminaba de descubrir en mis canciones:

XIII. LOS PRINCIPIOS

Distinta es la actitud frente a la vida y a las cosas cuando la revelación interna hiere como el rayo.

Siguiendo los pasos lentamente, meditando lo dicho y lo por decir aún, puedes convertir el sin-sentido en sentido. No es indiferente lo que hagas con tu vida. Tu vida, sometida a leyes, está expuesta ante posibilidades a escoger. Yo no te hablo de libertad. Te hablo de liberación, de movimiento, de proceso. No te hablo de libertad como algo quieto, sino de liberarse paso a paso como se va liberando del necesario camino recorrido el que se acerca a su ciudad. Entonces, “lo que se debe hacer” no depende de una moral lejana, incomprensible y convencional, sino de leyes: leyes de vida, de luz, de evolución.

He aquí los llamados “Principios” que pueden ayudar en la búsqueda de la unidad interior.

1. Ir contra la evolución de las cosas es ir contra uno mismo.

2. Cuando fuerzas algo hacia un fin produces lo contrario.

3. No te opongas a una gran fuerza. Retrocede hasta que aquella se debilite, entonces avanza con resolución.

4. Las cosas están bien cuando marchan en conjunto no aisladamente.

5. Si para ti están bien el día y la noche, el verano y el invierno, has superado las contradicciones.

6. Si persigues el placer te encadenas al sufrimiento. Pero, en tanto no perjudiques tu salud, goza sin inhibición cuando la oportunidad se presente.

7. Si persigues un fin, te encadenas. Si todo lo que haces lo realizas como si fuera un fin en sí mismo, te liberas.

8. Harás desaparecer tus conflictos cuando los entiendas en su última raíz no cuando quieras resolverlos.

9. Cuando perjudicas a los demás quedas encadenado. Pero si no perjudicas a otros puedes hacer cuanto quieras con libertad.

10. Cuando tratas a los demás como quieres que te traten te liberas.

11. No importa en qué bando te hayan puesto los acontecimientos, lo que importa es que comprendas que tú no has elegido ningún bando.

12. Los actos contradictorios o unitivos se acumulan en ti. Si repites tus actos de unidad interna ya nada podrá detenerte.

Serás como una fuerza de la Naturaleza cuando a su paso no encuentra resistencia. Aprende a distinguir aquello que es dificultad, problema, inconveniente, de esto que es contradicción. Si aquellos te mueven o te incitan, ésta te inmoviliza en círculo cerrado.

Cuando encuentres una gran fuerza, alegría y bondad en tu corazón, o cuando te sientas libre y sin contradicciones, inmediatamente agradece en tu interior. Cuando te suceda lo contrario pide con fe y aquel agradecimiento que acumulaste volverá convertido y ampliado en beneficio.


Para los que quieran leer algo más sobre el Mensaje de Silo, aquí les paso el link donde descargarlo:

http://www.silo.net/Documentos-Message-es.php

Un abrazo a todos y Paz, Fuerza y Alegría.

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