Naturaleza rota, virtud del infame.
Él me dice:
“Consigo desequilibrios, mantengo la vida, lloro mis alegrías, domino la voluntad que me juzga, cabalgo con los audaces, audiciono para ser cerrazón antes de que caiga la tarde.”
Salgo de la habitación de mi razón, donde ahora siento opresión.
Saldré a cabalgar a los Llanos Orientales, subiré las terrazas y de allí aullaré al atardecer, y riendo bailaré a la hora en que las puertas se abren y todos salen y ven el aire cambiar de color, siempre al son del tambor, y si me paro en las ancas estaré equilibrado con el mundo, y el viento hará arder mis brazas después de saludar a la luna.
Después de millares de vuelos salvajes comprendí el precio verdadero de la paz total. La abundancia llega después de la sequía, pero hay donde siempre es sequía y donde siempre es abundancia. No teman el precio, sino la vergüenza de la pobreza.
¿Crees que es genial? No lo es. ¿Crees que es inmundo? No lo es. ¿Já, qué es? ¿El secreto mejor oculto? Es tu idiosincrasia a solas, los modelos explotan y será la caída de tu soberbia. No la defiendas. Mata y observa. Decodifica si te entumece, o te estremece.
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